lunes, 4 de mayo de 2015



Literatura clásica



Cuando en literatura hacemos referencia al clasicismo estamos hablando en particular de dos grandes culturas antiguas: la griega y la romana. En efecto, así como el Época Clásica es el período que de nacimiento, apogeo y caída tanto de las ciudades griegas (en sus épocas arcaica, clásica y helenística) como de la República y el posterior Imperio Romano, la abundante literatura tanto en verso como en prosa que produjeron sus autores es lo que ha venido a denominarse, de forma genérica, Literatura Clásica.



Siguiendo un orden cronológico, hemos de empezar nuestro repaso de este haber literario desde Grecia. Naturalmente, los primeros autores conocidos son Homero y Hesíodo. El primer escribió, o al menos se le atribuyen, dos de las obras más conocidas y alabadas de la historia de la literatura, a saber: la “Ilíada”, que narra un episodio de la Guerra de Troya particularmente centrada en el personaje de Aquiles; y la “Odisea”, que se ocupa del regreso a Itaca de su Rey, Odiseo, justo al acabar la mencionada guerra.

Hesíodo, por su parte, escribió hacia la segunda mitad del siglo VIII a.C. “Los trabajos y los días”, un poema didáctico de incalculable valor para conocer la cultura de la época; y la “Teogonía”, una genealogía de las deidades griegas.

Más adelante los griegos desarrollaron un virtuoso arte poético (al que llamaron lírica) en el que sobresalieron Alcmán, Safo, Alceo, Anacreonte, Estesícoro, Íbico, Simónides, Píndaro y Baquílides; los nueve poetas “canonizados” por los eruditos de Alejandría.

El siglo V fue el siglo de la Tragedia, llevada a su máximo nivel por Esquilo (“La Orestíada”, “Los siete contra Tebas”), Sófocles (“Antígona”, “Edipo Rey”) y Eurípides (“Medea”, “Las Bacantes”) y de la Comedia, género en el que destacó por encima de todos el autor Aristófanes con obras como “Lisístrata”, “Las avispas” o “La asamblea de las mujeres”.

La historiografía también fue cultivada por los griegos. Heródoto, considerado el padre de la misma, y Tucídides son los ejemplos más destacados.

Si bien durante el Helenismo los poetas y escritores griegos siguieron ejemplos anteriores, sus obras no volvieron a alcanzar el esplendor y la brillantez de sus predecesores. Hasta tal punto fue así que incluso los autores romanos posteriores se limitaron a imitar el estilo de estos autores clásicos. Así, Virgilio con su “Eneida” honra y emula a Homero, situando el nacimiento de Roma entre los exiliados de la antigua Troya. Plauto imita a Aristófanes, y Ovidio explora los mitos griegos para enlazarlos, como hace Virgilio, con la cultura romana. Sólo la sátira, exploradas tal vez mejor que nadie por Marcial, son un género literario específicamente romano.


La sociedad de la antigua Grecia puso énfasis considerable en la literatura. Muchos autores consideran que la tradición literaria occidental comenzó con los poemas épicos La Ilíada y La Odisea que siguen siendo grandes figuras en el canon literario por sus descripciones y el manejo de temáticas como la guerra y paz, honra y deshonra, amor y odio. Entre los poetas posteriores fue notable Safo, que dio forma a poesía lírica como género.

El dramaturgo Esquilo cambió la literatura occidental por siempre al introducir el diálogo y la interacción en el teatro. Su obra cumbre fue la trilogía la Orestíada. Otros talentos dramáticos fueron Sófocles , quien convirtió la ironía en técnica literaria, en su obra Edipo rey, y Eurípides, que utilizó el teatro para desafiar las normas sociales en Medea, Las Bacantes y Troyanas, obra aún notable por desafiar la percepción común de nociones como la propiedad, el género y la guerra. Aristófanes, un comediante, usó esas ideas en un tono menos trágico en sus obras: Lisístrata y Las ranas.

Aristóteles, alumno de Platón, escribió docenas de trabajos en muchas disciplinas científicas, pero su contribución más grande a la literatura era probable su Arte Poética, en donde plantea su concepto del drama y establece parámetros para la crítica literaria.



El término literatura y sus adjetivos



Raúl Castagnino, en su libro ¿Qué es la literatura?, indaga sobre el concepto y cómo se extiende a realidades como la escritura, la historia, la didáctica, la oratoria y la crítica. Según Castagnino, la palabra literatura adquiere a veces el valor de nombre colectivo cuando denomina el conjunto de producciones de una nación, época o corriente; o bien es una teoría o una reflexión sobre la obra literaria; o es la suma de conocimientos adquiridos mediante el estudio de las producciones literarias. 



Otros conceptos, como el de Verlaine, apuntan a la literatura como algo superfluo y acartonado, necesario para la creación estética pura. Posteriormente, Claude Mauriac propuso el término "aliteratura" en contraposición a «literatura» en el sentido despectivo que le daba Verlaine. Todas estas especificaciones hacen de la literatura una propuesta que depende de la perspectiva desde la que se enfoque. Así, Castagnino concluye que los intentos de delimitar el significado de «literatura», más que una definición, constituyen una suma de adjetivaciones limitadoras y específicas.

Si se considera la literatura de acuerdo con su extensión y su contenido, la literatura podría ser universal, si abarca la obra de todos los tiempos y lugares; si se limita a las obras literarias de una nación en particular, es Literatura nacional. Las producciones, generalmente escritas, de un autor individual, que por tener conciencia de autor, de creador de un texto literario, suele firmar su obra, forman parte de la literatura culta, mientras que las producciones anónimas fruto de la colectividad y de transmisión oral, en ocasiones recogidas posteriormente por escrito, conforman el corpus de la literatura popular o tradicional.

Según el objeto, la literatura será preceptiva si busca normas y principios generales; histórico–crítica si el enfoque de su estudio es genealógico; comparada, si se atiende simultáneamente al examen de obras de diferentes autores, épocas, temáticas o contextos históricos, geográficos y culturales; comprometida si adopta posiciones militantes frente a la sociedad o el estado; pura si sólo se propone como un objeto estético; ancilar, si su finalidad no es el placer estético sino que está al servicio de intereses extraliterarios.



Según los medios expresivos y procedimientos, Castagnino propone que la literatura tiene como formas de expresión el verso y la prosa y sus realizaciones se manifiestan en géneros literarios, universales que se encuentran, más o menos desarrollados, en cualquier cultura; lírico, épico y dramático. Manifestaciones líricas son aquellas que expresan sentimientos personales; épicas, las que se constituyen en expresión de un sentimiento colectivo manifestado mediante modos narrativos, y dramáticas, las que objetivan los sentimientos y los problemas individuales comunicándolos a través de un diálogo directo. A estos géneros literarios clásicos habría que añadir además el didáctico.

El fenómeno literario ha estado siempre en constante evolución y transformación, de tal modo que el criterio de pertenencia o no de una obra a la literatura puede variar a lo largo de la historia, al variar el concepto de “arte literario”.

Barthes: la literatura como práctica de escritura




Para Barthes la literatura no es un corpus de obras, ni tampoco una categoría intelectual, sino una práctica de escritura. Como escritura o como texto, la literatura se encuentra fuera del poder porque en ella se está produciendo un desplazamiento de la lengua, en la cual surten efecto tres potencias: mathesis, mímesis, semiosis.1 Como la literatura es una suma de saberes, cada saber tiene un lugar indirecto que hace posible un diálogo con su tiempo. 

Como en la ciencia, en cuyos intersticios trabaja la literatura, siempre retrasada o adelantada con respecto a ella: «La ciencia es vasta, la vida es sutil, y para corregir esta distancia es que nos interesa la literatura». Por otra parte el saber que moviliza la literatura no es completo ni final.

 La literatura sólo dice que sabe de algo, es la gran argamasa del lenguaje, donde se reproduce la diversidad de sociolectos constituyendo un lenguaje límite o grado cero, logrando de la literatura, del ejercicio de escritura, una reflexibilidad infinita, un actuar de signos.

HISTORIA DE LA LITERATURA



La Historia de la Literatura comienza desde el mismo momento en que la raza humana es capaz de procesar una información y transmitirla a través del lenguaje. Los pueblos mal llamados primitivos comienzan a observar una serie de fenómenos naturales, como puede ser una tormenta de nieve o una sequía, el nacimiento de un nuevo integrante de la comunidad o la muerte de alguno de ellos, una enfermedad, o un rayo que parte un árbol consumiéndose rápidamente a causa del fuego que se propaga… El hombre comienza a establecer relaciones entre los fenómenos y a buscar explicaciones sobre los mismos… es el inicio de lo que hoy conocemos como mitos.

Estos primeros esbozos de comprensión y aprehensión del mundo que lo circunda evolucionarán hasta convertirse en mitos cosmogónicos. Paralelo a toda esta construcción de un pensamiento mítico surge otra forma de relato: el pictórico. El artista del paleolítico utiliza la representación plástica - pintura y escultura - como un medio de dominar la realidad. Representando un bisonte puede obtener su fuerza, pero también puede lograr una buena cacería.

El pensamiento mítico y su representación oral o plástica, coadyuva a la unión y permanencia del grupo. El artista y el contador de historias pronto adquieren características cuasi sagradas, por lo que pronto son equiparados a sacerdotes o chamanes. El artista jugó desde la antigüedad un rol decisivo en su comunidad. Si la caza, y posteriormente la agricultura, habían sido malas, el chamán narraba los mitos cosmogónicos relacionados con el problema a resolver. De esta forma se estaba buscando una solución, a todas luces mágica.



Los mitos cosmogónicos siempre relatan los orígenes de la vida, de los elementos naturales, y su recreación permanente asegura el tiempo primordial necesario para la preservación de la vida, de la especie, del mundo. Pero también regenera el tiempo, lo purifica. Y por extraño que nos parezca a nosotros y nosotras, hombres y mujeres de los siglos XX y XXI, cuando hemos logrado llegar a la luna, cuando estamos conectados a los más lejanos y disímiles lugares del planeta vía satelital, cuando el computador e Internet juegan un papel decisivo en nuestras vidas, cuando diariamente nos paramos frente a un público de estudiantes para reflexionar con ellos o para contribuir en algo a su proceso de formación, nosotros aún seguimos ligados a esa regeneración del tiempo; y es más la conmemoramos todos los años con la llegada del año nuevo. Y de una u otra forma la recordamos a diario cuando utilizamos la palabra cronología. Y es que no se debe olvidar que Cronos es el dios del tiempo. El mito cosmogónico está íntimamente ligado al tiempo circular o tiempo sagrado o tiempo primigenio; es decir al tiempo de los dioses. Los mitos son entonces las primeras expresiones literarias producidas por la especie humana. Los mitos pronto dan origen a las leyendas y cuentos. Pero, ¿Cuál es la diferencia entre estos tres géneros?

El mito siempre se refiere a un tiempo y a un personaje sagrado, es atemporal y verdadero, es un modelo ejemplar. Se refiere a la creación y sus personajes pueden ser dioses con apariencia humana o animal, pero pueden también representar elementos naturales como el rayo o el viento. Al ser ejemplar es normativo, y sirve para mantener la cohesión grupal, por lo tanto no puede transgredirse, ni olvidarse, ni ignorarse. El mito está presente en todas las actividades humanas.

Por su parte la leyenda puede también referirse a un tiempo primigenio, pero también puede referirse a un tiempo histórico, y sus personajes son héroes, personajes que por alguna razón se han destacado dentro de su pueblo: un buen cazador, o que ha salvado a su pueblo de morir de hambre… que a su vez se convierten rápidamente en semidioses o dioses, son lo seres tutelares de la comunidad. No necesariamente los héroes tienen que haber sido seres de carne y hueso, pueden ser también de origen mítico; es por ello que las leyendas pueden ser sagradas o profanas. Los cuentos, en cambio, son los märchen, su función es la de divertir y pueden ser contados sin seguir un rito especial. En las comunidades amazónicas los mitos sólo se transfieren de hombres a niños, los cuentos se narran a toda la comunidad.

La característica de los mitos, leyendas y cuentos está basada en la oralidad. Este aspecto solemos olvidarlo muy a menudo cuando consideramos que la literatura sólo existe a través de la palabra impresa. Por lo tanto estamos borrando de un solo plumazo miles de años de historia del ser humano. Semejante olvido nos llevaría a borrar también La Ilíada y La Odisea, pero antes de estos cantos, estaríamos ignorando el período védico, cuyas producciones literarias se remontan a 2500 a de C, y donde se encuentran las bases de la cultura occidental.

Tras el período védico surgen los cantos épicos del Mahabharata y del Ramayana. El Mahabharata, en su versión definitiva, es considerado como la obra literaria más extensa jamás producida por el hombre, pues se compone de 20000 versos.

Pero no solamente tenemos como ejemplo los libros sagrados de la cultura del Indostán. La tradición hebrea nos legó La Biblia. Y según Georges Frazer, en su magnifico libro El Folklore en La Biblia, nos relata como todos los acontecimientos que se describen en el Antiguo Testamento corresponden a antiguos mitos y leyendas de diversas culturas asiáticas.

Pero volvamos a La Ilíada y La Odisea, son cantos épicos atribuidos a Homero. En sus inicios estos cantos eran acompañados de música. Y el mismo Homero fue un rapsoda que iba de pueblo en pueblo cantando sus poemas en las casas de los hombres adinerados de su época. Esta costumbre ha pasado incluso a nuestros días; en pueblos como el bosnio se han encontrado juglares que aún recitan grandes poemas, estos sobrevivientes de los juglares del medioevo poseen una memoria a toda prueba. Pero ¿Cuál ha sido el papel del poeta a través de los tiempos?:

"Por lo general el poeta en Occidente ha sido considerado como un paria de la sociedad, como un mendigo que vaga de pueblo en pueblo en busca de su subsistencia, al menos esa era la visión que se tenía en la antigua Grecia. Según Hermann Fränkel:

"... el cantor iba de lugar en lugar. Acudía a muchas puertas extrañas sin saber si se le abrirían. Si era admitido, probablemente permanecería en el umbral, en el lugar de los mendigos, esperando la invitación para sentarse en el salón. Así vemos largo tiempo la mesa de sesiones del palacio real de Itaca por los ojos de Ulises y desde la perspectiva del umbral. En gratitud por la hospitalidad, el cantor debía plegarse a cualquier indicación del amo y sus huéspedes para divertir a los comensales". (Poesía y Filosofía de la Grecia Arcaica. Impreso en España-Gráficas Rógar. Fuenlabrada, Madrid, 1993. )



Sin embargo el poeta o cantor, como es lógico suponerlo, debía sentirse bastante vejado, puesto que estaba consciente de su superioridad intelectual frente al rey que lo acogía en su palacio. Al igual que Ulises, eran viajeros que habían recorrido el mundo conocido hasta entonces, habiendo aprendido otras formas de pensar y de ver la realidad.

Para asegurar su sustento, al menos durante unos días, era necesario que el interés de la audiencia por el tema que estaba siendo cantado no decayera, de lo contrario el poeta debía alejarse del lugar y buscar otro sitio donde ser acogido. De ahí la enorme extensión de los cantos épicos y la libertad que se tenía para alterar el texto, sobre todo en la épica no escrita: interpolaciones, olvidos aparentes o recreaciones del texto anterior.

Hermann Fränkel hace alusión a un investigador bosnio de nombre Murko, quien realizó un trabajo de campo con los cantores de su tierra, habiendo descubierto que estos hombres dominaban en promedio 30 o 40 cantos, en algunos casos hasta 140. Y cada canto podía tener una duración de tres horas, llegando incluso a las 7 y 8 horas, dependiendo hasta que punto el cantor hubiera logrado captar la atención del público, podía alargar o acortar una recitación. Por lo tanto el material siempre era reinterpretado, nunca era narrado mecánicamente. Según Fränkel los cantores homéricos actuaban de la misma forma.

En la Europa Medieval son los juglares que recorrían los feudos, cantando y contando los últimos sucesos acaecidos en remotas tierras, los que reemplazaron a los antiguos cantores griegos. Al igual que los antiguos griegos, la sociedad medieval miraba con menosprecio la actividad del juglar. Más recientemente, en el siglo XIX, los poetas fueron considerados "malditos", como fue el caso de los poetas simbolistas: Baudelaire, Rimbaud, Mallarmé y Verlaine. O encarcelados como Mallarmé y Oscar Wilde, quienes fueron condenados al ostracismo social y a la vejación, por salirse de todos los convencionalismos de la época victoriana.

Tanto los cantores griegos como los juglares siempre acompañaban sus narraciones épicas con música". (El presente parágrafo hace parte de una investigación que estoy elaborando actualmente sobre los mitos y leyendas en la literatura infantil y juvenil).

Y si sobre la existencia real de Homero se presentan diversas dudas e hipótesis, en la Hélade existió otro poeta de quien no cabe la menor duda sobre su existencia verdadera. Su nombre es Hesíodo, y su obra Teogonía o Genealogía de los dioses, es un poema de más de mil versos donde el poeta trata de explicar de una forma racional los principales mitos griegos.

Posteriormente surgiría el teatro griego, otra forma más de cohesión del pueblo helénico. El teatro griego tiene sus orígenes en los ditirambos tradicionales; los ditirambos son himnos que contaban las aventuras de Dionisos (el dios del vino y de la fiesta), y que eran interpretados en las fiestas que cada año se celebraban en su honor. Estos cantos, o ditirambos, rápidamente evolucionaron a cantos de mayor complejidad, por lo que se estableció un diálogo con el corifeo.

Estos son los inicios del drama y de la tragedia. Surge entonces Esquilo, y como habían hecho sus antecesores, sus tragedias están inmersas en la fuente inagotable de la mitología griega. El mito es narrado al espectador a lo largo de tres obras perfectamente encadenadas la una con la otra. El mito le sirve a Esquilo para reflexionar sobre hondos problemas, tanto religiosos como morales. En la tragedia griega el hombre es una marioneta de los dioses, no tiene libre albedrío y el destino juega con él.

El teatro griego tendría grandes exponentes:

1.Sófocles: Su teatro es diferente al de Esquilo. El destino es mirado desde el interior del hombre, no obstante va unido a él, de una manera absoluta. Dentro de sus obras podemos nombrar a Antígona y Edipo Rey.

2. Eurípides: Sus personajes difieren de los personajes de Esquilo y de Sófocles, en cuanto que son más humanos; las pasiones, defectos o enfermedades son representadas casi de forma caricaturesca.

3. Aristófanes: Contemporáneo de Euripídes, Aristófanes se dedica a la comedia. Su gran aporte a la literatura, y en especial al género teatral, es haber situado al hombre en las mismas calles atenienses, donde circulan día a día diversos personajes, muchos de ellos bastante obscuros: Nos muestra la ambición, la fatuidad, la ignorancia, la maldad o la falsa murmuración. La vida cotidiana se convierte por primera vez en objeto estético, y permite reír, disfrutar… pero también reírse de si mismo, puesto que la mayoría de su público eran los mismos personajes sobre los que Aristófanes creaba sus comedias. Se iba a pasar un rato agradable, pero era inevitable no tener la sensación que se estaba frente a un espejo. Sus obras reflejaban el sentir de un pueblo, sus debilidades, sus costumbres, su conducta. Dice en voz alta lo que ningún ateniense osaría decir (aunque se viviese en una democracia). Atacaba a Pericles, al Senado, a la Asamblea, a los Tribunales, a los Magistrados... Nadie escapaba a su inteligencia vivaz y aguda.

La tragedia griega pone en evidencia los grandes conflictos humanos, sus grandes pasiones, pero también sus inmensas miserias.

4. Menandro: Con este comediante el género gana en calidad estética, en mesura. La Comedia sufre una transformación radical puesto que la obra de teatro es más calculada, posee una mayor estructuración, tiene más desarrollo. Sus personajes son abstractos, más bien estereotipados, más genéricos: el avaro, el fanfarrón, el esclavo, el soldado, el joven en busca de fáciles amoríos… Su obra se conoce con el nombre de Comedia Nueva, y sólo se conservan fragmentos. En el año de 1958, gracias al descubrimiento de un antiguo papiro egipcio, se pudo conocer en su totalidad su comedia El Misántropo. La Comedia Nueva sería fundamental para el desarrollo de la Comedia Latina.

Pero la literatura griega también evolucionó a la prosa. Esopo es su más ferviente seguidor. Aunque se le cultiva tardíamente, la prosa responde a búsquedas estéticas bien definidas. Su misión no es sorprender o impresionar a la imaginación sino responder a necesidades intelectuales.

Otro género literario cultivado en la época clásica es la oratoria, y Demóstenes sería su máximo exponente. Pero también la investigación tendría una plaza muy importante dentro de la Grecia Antigua, me refiero a la historia, aunque hoy en día la literatura y la historia son disciplinas claramente delimitadas, en su momento no lo eran tanto. Heródoto, por ejemplo, narra las batallas famosas, como la batalla de Termópilas, pero también narra las costumbres de los pueblos que conoce en sus viajes, narra también fábulas y leyendas. Otro gran historiador es Tucídides, escribió la Historia de la Guerra del Peloponeso. Guerra en la que él mismo participó, es un documento de gran valor histórico, máxime que es un relato tomado de su participación in situ.




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